Tanto el torneado como el fresado son procesos de mecanizado convencionales. Dichos procesos utilizan una herramienta de corte especialmente diseñada que comprime físicamente una capa delgada de material de la pieza de trabajo para cortarla gradualmente en forma de viruta sólida.
Tanto el torneado como el fresado siguen un enfoque de fabricación sustractivo. Aquí, el material capa por capa se elimina de un bloque tridimensional sólido para obtener el producto deseado. Por el contrario, el enfoque de fabricación aditiva sigue el concepto de adición de una capa delgada de material una sobre otra para construir un bloque sólido en 3-D.
Los procesos de torneado y fresado emplean una herramienta de corte sólida para cortar material de la pieza de trabajo; sin embargo, la forma y las características de los cortadores para estos dos procesos varían ampliamente.
La formación de chips es inherente en ambos casos. De hecho, es fundamental para todo proceso de mecanizado convencional.
Ambos procesos pueden producir un acabado superficial razonablemente bueno; sin embargo, depende de varios otros factores, incluida la velocidad de corte, la velocidad de avance, la profundidad de corte, la geometría de la herramienta, el entorno de corte, etc.
La generación de calor es inherente a ambos procesos. Los efectos consecuentes de la alta temperatura de corte también son similares para ambas operaciones.
El fluido de corte se puede aplicar en ambos procesos